domingo, 29 de abril de 2007

Viaje de perros

RENFE detiene un tren de alta velocidad por escándalo público

Madrid. Estación de Atocha. Doce y cuarto del medio día. Tren con destino a Alicante, con veinte vagones. El puente de mayo, propicia los desplazamientos y no queda ni un asiento libre.

El trayecto transcurre sin problemas, hasta que la máquina se detiene en un lugar indeterminado entre Albacete y Alicante.

Los técnicos de RENFE se apuran en encontrar solución a un problema de composición que alarga la parada más de media hora.

Mientras tanto, en el coche número 16 una señora mayor decide sacar a pasear a su perrito Chispa por el pasillo.

Francisco León, es un joven de Cádiz que circunstancialmente comparte asiento con la señora y con el perro.

Pasajera inquieta
Chispa es un caniche blanco de pelo almidonado, que sube al tren en su transportin y con su billete para animales, como manda la compañía ferroviaria.

Durante el trayecto su dueña lo saca del bolso para mascotas y lo deja solo en su butaca mientras va a comer. El perro parece acostumbrado y se queda tumbado tranquilamente al lado de Francisco.

Cuando el tren se detiene por la avería, la señora decide sacar a Chispa al pasillo para que estire las patitas.

Francisco lleva ya un rato aguantando los innumerables arrumacos y palabras cariñosas que la señora dedica a su caniche, aunque viaja medio dormido. Cansado de la situación, le pide a la señora que pasee al perro en la zona común entre vagones.

La dueña del perro contesta alterada. Francisco le dice que hay una normativa para los animales que viajan en tren y que, ya que la incumple, lo menos que podría hacer es procurar no molestar.

Y entonces se montó el escándalo. “¡Dan más la lata los niños que los perros!”, dicen los testigos que gritaba la mujer. La gente no daba crédito a lo que estaba viendo.

Francisco acude a la interventora y pide un cambio de asiento. Al no haber plazas se traslada a la cafetería del tren.

Rosa Redondo, interventora de RENFE, ya se había visto recientemente en una situación similar con la misma señora. En aquella ocasión, fue ella misma quien la escoltó hasta el fin de trayecto. Sin embargo, en ésta considera necesario detener el tren para desalojar a la reincidente y llamar a la Guardia Civil para denunciar el hecho.

Leyenda urbana
El tren se detiene en Villena y el tiempo de parada excede al habitual. Todo el mundo se pregunta qué ocurre en esta ocasión. Nadie sabe aún con certeza lo que ha ocurrido en el coche dieciséis. Al coche ocho llega un rumor que se extiende con rapidez. Se dice que un perro de ha mordido a un chico y que han intentado echar al animal y a su dueña del tren, que la mujer se ha resistido y que estaremos en la estación de Villena hasta que llegase la policía.

Mientras tanto, la Guardia Civil intercede tras la llamada de los empleados de RENFE e intenta infructuosamente que Chispa y su dueña bajen del tren. La mujer se niega rotundamente a abandonar su asiento y es presa de una crisis nerviosa.

La situación es digna de inspirar el guión de una tragicomedia. Espontáneamente aparece una psicóloga, que también viajaba en el tren, y se ofrece a acompañar a la mujer y al can hasta Alicante.

En el asiento anterior al de la dueña de Chispa, está sentado Raúl Sender, que en mitad de la escena es reconocido, pero prefiere pasar desapercibido.

Finalmente, el tren se pone en marcha de nuevo y al completo, como cuando partió de Atocha. La gente conversa, se lamenta por el retraso y se crean corrillos que hablan de lo esperpéntico de la situación.

El comentario general entre los viajeros es que la reacción de RENFE ha sido excesiva. Ana Navaja y Maribel Miguelez son dos pasajeras que comparten esta opinión, dicen que no se puede parar un tren de alta velocidad por una situación como esta.

Sin embargo, Rosa Redondo, la interventora que tuvo que resolver la situación, considera que era necesario actuar de esta forma, ya que la señora era reincidente y la situación digna de ser calificada como escándalo público.

Por su parte, RENFE devolverá el dinero a los pasajeros, siempre y cuando presenten el correspondiente billete en la oficina de atención al cliente y en el plazo correspondiente para tales efectos.


3 comentarios:

Jose M. Sánchez "Daze" dijo...

Hombre, por fin te encuentro. Me pasaré mas a menudo por este blog. Saludos desde Elda.

Anónimo dijo...

Hola soy tu compi de aquel fatidico e insoportable viaje recuerdas el chico de la mancha lo bueno la amistad y la complicidad de todos ah y eres una periodista muy bella e inteligente felicidades muy buen trabajo.

francisca maciá dijo...

Gracias a todos los que habéis pasado por mi blog para seguir la historia.
La crónica ha sido publicada en
http://www.bottup.com
Una página de periodismo ciudadano que recomiendo.
Como ya os dije este es un blog de estudiante, por lo que no está actualizado diariamente. Igualmente sois bienvenidos siempre.