martes, 12 de junio de 2007

El apéndice pasivo

El apéndice de Homo Videns. La sociedad teledirigida, no podría tener mejor título. Esta historia parece ser la de la pescadilla que se muerde la cola. Cierto es que Sartori no plantea nada nuevo, pero lo expone de una forma personal y cuidada, buscando razones y mostrando una preocupación por la caída en picado del concepto de ciudadano, su papel en el mundo y la influencia de los medios de comunicación.

Sin embargo, al finalizar el libro he pensado que me ha faltado el alegato de los culpables, o al menos aquellos que Sartori nombra en el estrado. ¿Qué dicen los padres? ¿Y los jóvenes? ¿Puede hacer más la escuela? ¿Quién domina los medios?

El coletazo

Y vuelvo al circulo vicioso de la pescadilla, porque si bien el pececito es el sujeto activo que muerde, la cola es el apéndice pasivo que se deja morder.

Lo lógico sería pensar que son los medios de comunicación –o quienes los controlan- los culpables del reblandecimiento cerebral que sufre el ciudadano. De hecho Sartori comienza atacando el poder de la imagen y el tele-ver.

Sin embargo, yo creo que ya es hora de que nos hagamos responsables de nuestras propias desgracias. Es tiempo que demos un coletazo y no nos dejemos morder.

La era digital nos brinda una alternativa, infinitas posibilidades de comunicación que escapan al control establecido. Es nuestro deber utilizarlos para bien, con emoción y raciocinio.

Los infinitos telares de la red guardan mil formas de libertad y democracia en sus hilos a los que aún no ha alcanzado totalmente el control mediático.

Comportémonos como ciudadanos en una demosdigital, que nos refuerce intelectualmente como individuos y nos devuelva la conciencia de grupo que lleva al pueblo unido a demostrar su soberanía.

Resistamos sí, pero de forma activa.

jueves, 17 de mayo de 2007

Información para peces

¿Por qué no nos entretiene la información en sí? ¿Hacía dónde migran nuestros intereses? ¿Tenemos intereses propios (no creados)?

Si como dicen B. Kovach y T. Rosenstiel “las pruebas sugieren que la mayoría de las personas quieren información y entretenimiento al mismo tiempo” yo tengo que plantear otra pregunta ¿ha perdido la información el valor inherente de entretenimiento del que antes gozaba?

¿Cómo hemos crecido las nuevas generaciones para que el conocer ya no sea atractivo? El hombre ha evolucionado gracias a su curiosidad, disfrutaba descubriendo, bien fuesen cosas de crucial importancia como el fuego o aparentemente banales como las sombras chinescas.
¿Es el video-niño de Sartori el hombre del futuro? ¿Un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural?

Meditando preguntas
Ya no se narran las noticias, se relata poco o nada, sólo se informa. Los convencionalismos establecidos por los medios de comunicación han apostado por la cantidad en perjuicio de la calidad.

La globalización ha desbordado los canales de información y los gatekeepers abrumados por la avalancha de noticias se ahogan en la selección, siendo incapaces de ofrecer la calidad que el público necesita.

(Digo “necesita”, no “demanda” o “quiere”, porque no podemos olvidar la función social de los medios de comunicación y su papel en el proceso democrático).
La respuesta inmediata al exceso y la brevedad, a la falta de creatividad, es el aburrimiento y el abandono.
Por eso ya no se lee, por eso ya no se presta la debida atención a las noticias, por eso existe una audiencia que exige ‘infotenimiento’ y no unos ciudadanos que demandan información contextualizada.
Cierto es que confluyen otros factores de la vida moderna (falta de tiempo, exceso de trabajo, nuevas formas de entretenimiento, etc), pero yo subrayaría como fundamental la falta de interés, la caída en picado de la curiosidad.
Nos interesa conocer la noticia para poder decir en corrillo que sí, que lo hemos oído, pero no nos interesa lo ocurrido, porque no hay relatos en los que nos merezca la pena profundizar y pronto llegarán historias nuevas de las que hablar.
Así vamos perdiendo la costumbre de informarnos seriamente, se esfuma al tiempo que se disipa nuestra capacidad de entendimiento.
Acabamos dedicando el poco tiempo que nos queda al atractivo ‘infotenimiento’, que crea una falsa sensación de realismo, de que conocemos lo que ocurre en nuestro entorno. Y así es, auque tan sólo sea durante los cuatro segundos que dura la memoria de un pez. Porque al día siguiente ya lo habremos olvidado todo.
Como no pretendo ser apocalíptica, aunque lo parezca, terminaré con un aspecto positivo de esta degeneración intelectual.
Los ciudadanos que degradaron en audiencia, luego en clientes y por último en consumidores, son infieles por naturaleza. Ese “si te he visto, no me acuerdo” que propicia la falta de profundidad, acaba aburriendo tarde o temprano.
El éxito del ‘infotenimiento’ y del sensacionalismo es efímero. Los medios de comunicación se han dado cuenta de que, a largo plazo, es mejor estrategia una buena narración que ofrezca información de calidad.
Ahora sólo queda que los profesionales se libren del cómodo lastre de la pereza y apuesten en su trabajo por formas de información más imaginativas.

Grito plural de voz unánime

El periodismo actual se ha visto obligado a nutrirse del foro público.

El interés de los medios por conocer mejor a su audiencia ha fomentado una revolución ciudadana. La industria de la información no sólo pregunta a los lectores, radioyentes, televidentes y navegantes qué les interesa. Estamos en una etapa en la que la audiencia es solicitada directamente como colaboradora.

El periodismo ciudadano se revela como una nueva forma de información. Ejemplos destacados son Bottup.com, en España y Oh My News, a nivel internacional.

El movimiento emergente Web 2.0 (blogs, podcastings, wikis, lectores RSS, buscadores 2.0, per to per y todo un universo de agentes imposible de listar) convierte a Internet en algo más que una gran biblioteca virtual, una nueva forma de entretenimiento o de compartir contenidos.

La conjunción de Webs ha dado paso a “un espacio social, con cabida para todos los agentes sociales, capaz de dar soporte y formar parte de una verdadera sociedad de la información, la comunicación y/o el conocimiento”. Así lo entienden Antonio Fumero y Genís Roca, coautores del libro Web 2.0.

Blogger vs. Periodista blogger

Uno de los grandes impulsos del Web 2.0 ha sido el periodismo ciudadano. El blogger ha pasado de ser un narrador ocasional de su vida a tener la oportunidad de ser un periodista blogger.

La repercusión de esta tendencia ha sido tal que ha obligado a los medios tradicionales a adaptar sus novísimos espacios en línea. Véase como El País.com se sube al carro de la modernidad con Yo, periodista.

Un nuevo eslogan trata de recaptar a una audiencia desilusionada: “díganos lo que ve, a nosotros nos interesa”.

Si el periodismo siempre estuvo en la obligación de “proporcionar un foro público para la crítica y el comentario”, como nos recuerdan B. Kovach y T. Rosenstiel, hoy tiene que cumplir más que nunca.

La fuerza del periodista blogger golpea el monopolio de la información mantenido por los medios tradicionales, para que no se olviden de su compromiso con las personas y la democracia.

Los ciudadanos entran en la blogosfera (o blogalaxia, como apunta Francis Pisani subrayando la variedad de sistemas que confluyen en ella) para reclamar la palabra que se les viene negando durante tanto tiempo. ¡No somos simplemente audiencia!

Creyentes y descreídos

Aunque algunos reputados periodistas, como Fernando Jáuregui, director de Diario Crítico, se empeñan en desmerecer la labor del blogger afirmando que no es un periodista, sino una persona que lanza “un grito individual para intentar salir de la soledad”.

A esos, yo les respondo que puede que no todos sean periodistas, pero batallan por recobrar la palabra como ciudadanos en el foro de la información. Una palabra coartada por la labor de aquellos medios que adiestran a sus gatekeepers en su línea preferente y se olvidan de la responsabilidad social de los medios.

¿Qué más da si un blog es periodismo o no? Es información. Y si está bien elaborada es información útil. Como dicen B. Kovach y T. Rosenstiel, el debate que no se base en hechos y contexto “se disolverá en el ruido, al que la mayor parte de los ciudadanos volverán la espalda”.

Nuestro grito no es univoco, somos una pluralidad, nuestra voz es unánime. ¡Devuelvan el foro público al periodismo!

sábado, 5 de mayo de 2007

Video y audio de "Viaje de perros"

La crónica "Viaje de perros" ha sido publicada en www.bottup.com. Es una página de periodismo ciudadano que recomiendo. Allí podréis encontrar un video con el testimonio de los viajeros y un audio con la versión de la interventora. Gracias por leer y comentar ;P

domingo, 29 de abril de 2007

Viaje de perros

RENFE detiene un tren de alta velocidad por escándalo público

Madrid. Estación de Atocha. Doce y cuarto del medio día. Tren con destino a Alicante, con veinte vagones. El puente de mayo, propicia los desplazamientos y no queda ni un asiento libre.

El trayecto transcurre sin problemas, hasta que la máquina se detiene en un lugar indeterminado entre Albacete y Alicante.

Los técnicos de RENFE se apuran en encontrar solución a un problema de composición que alarga la parada más de media hora.

Mientras tanto, en el coche número 16 una señora mayor decide sacar a pasear a su perrito Chispa por el pasillo.

Francisco León, es un joven de Cádiz que circunstancialmente comparte asiento con la señora y con el perro.

Pasajera inquieta
Chispa es un caniche blanco de pelo almidonado, que sube al tren en su transportin y con su billete para animales, como manda la compañía ferroviaria.

Durante el trayecto su dueña lo saca del bolso para mascotas y lo deja solo en su butaca mientras va a comer. El perro parece acostumbrado y se queda tumbado tranquilamente al lado de Francisco.

Cuando el tren se detiene por la avería, la señora decide sacar a Chispa al pasillo para que estire las patitas.

Francisco lleva ya un rato aguantando los innumerables arrumacos y palabras cariñosas que la señora dedica a su caniche, aunque viaja medio dormido. Cansado de la situación, le pide a la señora que pasee al perro en la zona común entre vagones.

La dueña del perro contesta alterada. Francisco le dice que hay una normativa para los animales que viajan en tren y que, ya que la incumple, lo menos que podría hacer es procurar no molestar.

Y entonces se montó el escándalo. “¡Dan más la lata los niños que los perros!”, dicen los testigos que gritaba la mujer. La gente no daba crédito a lo que estaba viendo.

Francisco acude a la interventora y pide un cambio de asiento. Al no haber plazas se traslada a la cafetería del tren.

Rosa Redondo, interventora de RENFE, ya se había visto recientemente en una situación similar con la misma señora. En aquella ocasión, fue ella misma quien la escoltó hasta el fin de trayecto. Sin embargo, en ésta considera necesario detener el tren para desalojar a la reincidente y llamar a la Guardia Civil para denunciar el hecho.

Leyenda urbana
El tren se detiene en Villena y el tiempo de parada excede al habitual. Todo el mundo se pregunta qué ocurre en esta ocasión. Nadie sabe aún con certeza lo que ha ocurrido en el coche dieciséis. Al coche ocho llega un rumor que se extiende con rapidez. Se dice que un perro de ha mordido a un chico y que han intentado echar al animal y a su dueña del tren, que la mujer se ha resistido y que estaremos en la estación de Villena hasta que llegase la policía.

Mientras tanto, la Guardia Civil intercede tras la llamada de los empleados de RENFE e intenta infructuosamente que Chispa y su dueña bajen del tren. La mujer se niega rotundamente a abandonar su asiento y es presa de una crisis nerviosa.

La situación es digna de inspirar el guión de una tragicomedia. Espontáneamente aparece una psicóloga, que también viajaba en el tren, y se ofrece a acompañar a la mujer y al can hasta Alicante.

En el asiento anterior al de la dueña de Chispa, está sentado Raúl Sender, que en mitad de la escena es reconocido, pero prefiere pasar desapercibido.

Finalmente, el tren se pone en marcha de nuevo y al completo, como cuando partió de Atocha. La gente conversa, se lamenta por el retraso y se crean corrillos que hablan de lo esperpéntico de la situación.

El comentario general entre los viajeros es que la reacción de RENFE ha sido excesiva. Ana Navaja y Maribel Miguelez son dos pasajeras que comparten esta opinión, dicen que no se puede parar un tren de alta velocidad por una situación como esta.

Sin embargo, Rosa Redondo, la interventora que tuvo que resolver la situación, considera que era necesario actuar de esta forma, ya que la señora era reincidente y la situación digna de ser calificada como escándalo público.

Por su parte, RENFE devolverá el dinero a los pasajeros, siempre y cuando presenten el correspondiente billete en la oficina de atención al cliente y en el plazo correspondiente para tales efectos.


lunes, 2 de abril de 2007

Reingeniería editorial de La Verdad

En 2004, una consultora de medios plantea, a petición del Grupo Vocento, una serie de directrices a seguir para seguir siendo competitivos.

La irrupción de los medios digitales y gratuitos en el campo de la información crea nuevas formas de competencia. La estrategia se resume en 9 puntos.

  1. Fortalecer el periódico profesionalmente.
  2. Reforzar el carácter de referencia.
  3. Periodismo de anticipación.
  4. Periodismo informativo-interpretativo.
  5. Renovación de criterios. Un diario ciudadano.
  6. Búsqueda del diario multiuso.
  7. Un diario para vivir.
  8. Un diario fácil de leer.
  9. Ampliar audiencia y publicidad.

¿Cómo afronta este reto La Verdad?

Muchos de los cambios son visibles en la edición diaria del periódico. Sin embargo, para un conocimiento más exacto de cómo afecta a un medio un “plan de reingeniería editorial”, lo mejor es hablar con los profesionales que trabajan en él.

El siguiente artículo ha sido realizado gracias a la colaboración de un redactor de La Verdad, al que he dado en llamar Pepe Lafuente para preservar su identidad.

Las primeras transformaciones vinieron expresadas en una reestructuración de la organización de puestos de mando. Se suprimió la figura de “redactor jefe” que fue sustituida por “jefaturas de área” (local, economía, deportes, edición…).

Pero el verdadero cambio, el fundamental, consistió en “apostar por temas más cercanos a la gente”, dice Pepe Lafuente. Esto implicaba reducir la atención prestada a otros temas, como la política, por ejemplo.

El resultado se traduce en lo que se denomina La Noticia, el tema del día, a doble página, con tratamientos preferentes, con entrevistas de apoyo y análisis. Ésta es la sección con la que abre el diario.

Además se intenta “que el periódico, aparte de estar pegado a la actualidad, la determine con sus apuestas informativas”, subraya Lafuente.

Esta iniciativa sirve para reforzar el carácter de referencia del periódico. “El objetivo es huir de lo institucional. No renunciar a ello, pero no darle carácter prioritario, ya que al final, son seguidas con menos interés por los lectores.” dice Lafuente.

Asociada a este último aspecto está la búsqueda de agenda propia. En La Verdad esta se combina con la actualidad que marcan los acontecimientos y las convocatorias del día. A pesar de que ambas se complementan Pepe Lafuente tiene claro que “el redactor debe tener siempre en mente temas alternativos y distintos a los que están en agendas las oficiales.”

Para conseguir que el periodismo sea más que mera información se va más allá de la noticia. Se buscan opiniones contrastadas, que permitan al lector forjarse su propia idea de cada noticia. Si el tema resulta muy interesante, se adereza con columnas de opinión para aportar otro punto de vista.

Un periódico para el pueblo

La apuesta por un “diario ciudadano” quizá sea la más evidente, ya que se ha traducido en la creación de secciones con nombre propio. “La Chincheta, por ejemplo, se enclava en esta idea, igual que las encuestas diarias a cuatro ciudadanos para que expongan su opinión sobre un tema de actualidad. El correo electrónico y la edición por Internet ha supuesto una especie de revolución en este sentido, porque la posibilidad de interactividad es total”, concreta Pepe Lafuente.

En resumen, el “plan de reingeniería” pretende establecer las pautas que convierten a un diario de contenidos informativos en un diario de servicios. La Verdad ha apostado por seguir los pasos que le lleven a conseguir este objetivo, un diario útil, además de informativo, por ello concede mucha importancia a la Agenda Cultural, farmacias, carteleras, etc.

Pepe Lafuente reconoce que en la práctica este es el objetivo, aunque no sabe si se consigue plenamente, “al menos es el punto de partida”, dice el periodista.

Convertir el periódico en contenidos asequibles al público es otro un punto clave en la estrategia. Por ello el diseño se ha renovado.

Se trata de “hacer que el periódico entre mejor por los ojos, sea de lectura más fácil y atrayente”, dice Lafuente. Para ello se concede especial protagonismo a las fotografías, especialmente si son de actualidad y dependiendo de su poder de impacto. Las infografía es otra apuesta que refuerza este aspecto, “pero aún no contamos con todos los medios que serían deseables para sacarle el máximo provecho”, dice Lafuente.

El editor es una pieza esencial para que el diario sea fácil de leer, se ocupa de que el estilo y la redacción sean los correctos, así como de que no salgan erratas.

La fórmula para ampliar publicidad es básica: ampliar audiencia. “Hay suplementos para la tercera edad, vacaciones, economía, ocio,... En fin, todo lo que se te pueda ocurrir, con tal de ganar audiencia y también conseguir inserciones publicitarias”, afirma Lafuente.

Parece ser que la aplicación del “plan de reingeniería” ha sido bastante efectiva en La Verdad. Pero, aún después del análisis, a mí me quedaba una duda: ¿Qué ha cambiado de verdad en la redacción?

Cambio parcial

Pepe Lafuente resume las repercusiones de las propuestas de la consultora, afirmando que ha cambiado la forma de enfocar la agenda diaria. “En esto, como en muchas cosas en la vida, partes de máximos y luego todo depende del tiempo, la actualidad y los recursos técnicos y humanos. Pero creo que sí hemos conseguido porcentajes interesantes respecto de los cambios impulsados en su día”, dice el redactor.

Sin embargo, parece que su trabajo como profesional no ha variado tanto. “Antes era periodista y ahora soy periodista. Y la labor que realizo conserva su esencia, que es buscar temas lo más atractivos posibles, contarlos de forma brillante y contrastarlos en lo posible”.

Para Lafuente el cambio se ha centrado más en el continente que en el contenido “Lo que varía es el envoltorio, la profundidad o esfuerzo que dedicas a un tema, si es escogido como el principal... Pero el periodista siempre ejerce como tal. Ha de mimar sus fuentes, ampliarlas constantemente y estar al cabo de la calle y de todo lo que se mueva y afecte al ciudadano”.

Gracias Lafuente por esta lección de Periodismo.

Periodismo en un grupo multimedia

Visita a la sede de La Verdad (Murcia)


Un ejemplo claro de cómo en un grupo multimedia, siempre hay factores relevantes que tiran del carro y posibilitan el desarrollo de otros aspectos menos rentables.

Como alumnos privilegiados pudimos conocer algunos aspectos internos de este medio, y tuvimos la ocasión de observar quién se esconde detrás de la maquinaria informativa.

La versión digital del periódico de provincias, Laverdad.es, ocupa el tercer puesto en el ranking de portales digitales a nivel nacional, según la OJD. Hay que subrayar este éxito, porque más allá de las estrategias de posicionamiento en los buscadores de Internet, está el trabajo de los profesionales.

Mari Carmen Catalá, redactora de la edición digital, cuenta con suma sencillez que son cinco las personas que trabajan en Laverdad.es, “volcadas en noticias de última hora y en el desarrollo de canales temáticos”. Con mucha modestia, admite que este pequeño gran equipo ha conseguido hacer la competencia a las ediciones digitales de la prensa diaria nacional, - sólo Elmundo.es y abc.es le superan.-

Este dato sorprende aún más si tenemos en cuenta que carecen de redacción independiente y cuentan con un “infógrafo compartido” con el resto del grupo multimedia – Elmundo.es tiene 57 infógrafos en su edición digital.-

En la prensa escrita, Ricardo Fernández, jefe de la sección Local, y Miguel Ángel Ruiz, jefe de la sección Cultura, representan los polos más opuestos de la redacción. Tan diferentes quizá como las propias secciones.

Ricardo responde perfectamente al perfil de periodista de calle, intrépido, sagaz y peleón. Se jacta de que su especialidad, sucesos y tribunales, es la única que no está copada por los gabinetes de comunicación. Se siente orgulloso de su variada agenda de contactos (entre la que se encuentran guardias civiles, policías, forenses, traficantes y “lo peor de cada casa”). Con ojos de lince, advierte de lo dura que es la profesión y se queja de becarios “que no levantan el culo de la silla al oír la sirena de una ambulancia”.

Su teléfono sonó un par de veces, pero no fue capaz de dar con la opción de silencio. Esto me hizo pensar que trabaja a la vieja usanza, que puede que no lleve una grabadora en su chaqueta, pero seguro que no va ni al baño sin lápiz y papel.

Miguel Ángel parece menos desgastado por el trabajo que el jefe de Local, también su discurso es menos apasionado, más tranquilo, pero no por ello carente de fuerza. Su reto es hacer de Cultura un espacio original que atraiga al público, especialmente al más joven. Comulga con la eliminación de contenidos elitistas y apuesta por algo más popular. Su lucha diaria es conseguir informaciones propias y exclusivas que le permitan obviar notas y comunicados de prensa.

Quizá por eso me sorprendió tanto su respuesta cuando le pregunté por el periodismo “freelance” y me argumentó que era algo que no tenía cabida en su periódico, que a los lectores no les gustaba ver nombres que no conocían y que ellos no aceptaban trabajos por libre. Entiendo la desconfianza a priori, pero la explicación me parece vacía, viniendo de alguien que minutos antes defendía un periodismo de creación propia, independiente y original.

Miguel Ángel Ruiz también tiene un programa de medio ambiente en la televisión local. Trabaja pero no cobra, porque los resultados de la televisión local del grupo multimedia aún no dan para tanto.

Antonio Semitiel, director de Canal 6 y Punto Radio, nos acompañó por los estudios de televisión muy amablemente. De su discurso, destaco su valoración de un aspecto clave en nuestra carrera de estudiantes y de gran influencia en nuestra vida profesional: las prácticas. En la redacción nos comentó lo orgulloso que se sentía de tener un equipo tan bien preparado y tan joven – la mayoría no llegan a los treinta años –. Y todo hay que decirlo, abundaban las féminas.

La despedida
Poco antes de marcharnos, José María Esteban, director de la Verdad, nos sorprendió bajando a despedirnos. Tuvo la deferencia de dedicarnos unas palabras que tengo que calificar cuanto menos de “sorprendentes”. Su concepto sobre Internet parecía obviar los exitosos resultados de la edición digital de su mismo periódico. Se limitó a definir la red como un lugar “donde los chicos se hacen pasar por chicas” y donde se puede encontrar mucha información errónea y de procedencia dudosa.

Creo que después de decir esto y de que ninguno nos atreviéramos a contestarle, la charla dejó de ser atractiva. Me lamento por haber dejado perder la ocasión de replicarle. Me faltó el café de media mañana.

Igual nos estaba “pinchando” para ver de qué madera estábamos hechos. Claro, que también puede que hablase en serio.

Quizá esté atravesando esa fase de negación de la que hablan los psicólogos. Sí, esa que se utiliza como defensa para afrontar la pérdida de un ser querido. De momento tiene que despedirse de su viejo carrusel de prensa.

Lo de viejo es un decir. La rotativa está prácticamente nueva y, auque no sea de última generación, sigue siendo bastante moderna. Sin embargo, – y paradójicamente, – resulta mucho más rentable mandar los periódicos a una planta de impresión en Torrellano (Alicante).

Mariano Caballero, director adjunto de La Verdad, se sinceraba con nosotros, los estudiantes, con una nostalgia imposible de esconder tras el traje de ejecutivo. Nos advertía de que quizá seríamos el último grupo en visitar la rotativa. La máquina va a ser revendida a algún país del Este y con la venta se cierra una etapa del periódico.

Bienvenidos los nuevos tiempos, pues pasarán aunque no sean bien recibidos.